Marketing emocional
El marketing emocional es una estrategia en la que más que presentar las características y ventajas de un producto o servicio o marca, se busca conectar sentimentalmente con el público y generar una respuesta en él.
Este tipo de marketing busca mediante la creación de un vínculo afectivo con la marca, la fidelización de clientes.
Evocar emociones es un componente importante para conectar con la audiencia y hacer que comparta y finalmente, compre. Sabemos que no hay emociones buenas o malas, sino que depende de su gestión, y en las campañas de marketing emocional, esto es algo que se tiene presente. Así, no es necesario buscar siempre generar una emoción positiva en el consumidor, sino que a veces, como las campañas de ONGs, generar tristeza o frustración puede resultar beneficioso para la campaña de marketing.
Para realizar marketing emocional es necesario conocer bien nuestra marca, producto o servicio, así como público objetivo, para desarrollar esta estrategia adecuadamente en función de los objetivos del plan de marketing, y poder aplicarla en todos los ámbitos, estableciendo una imagen común e integrada en todas las acciones.
Conocer a nuestros clientes, saber sus gustos, qué les emociona, sus intereses etc., es imprescindible para poder conectar con ellos y saber cómo toman decisiones de compra o cómo se les puede ayudar a tomarlas
Contar historias es esencial para conectar con los usuarios, dado que es fácil reconocerse en ellas y/o sentirse identificado.
Para realizar este tipo de marketing, por tanto, es necesario establecer una relación afectiva con el cliente, un vínculo que cree una comunicación bidireccional positiva en la que llegado el momento, el consumidor se convierta en promotor de la marca.
Además, hay que crear una experiencia de alto valor. Por ello, como decíamos, hay que conocer al cliente, y de qué forma nuestro producto o servicio puede suponerle una experiencia positiva y única, para unirla a la narrativa de nuestro mensaje.
Esto se puede lograr utilizando el marketing de contenidos. Aprovechar las redes sociales, de modo que incrementemos la viralidad puede suponer una gran diferencia en el impacto que provoquemos (dadas las múltiples herramientas de las que disponemos) y el alcance al que lleguemos. Crear necesidades, dar valor con nuestros contenidos y que la comunicación sea en ambos sentidos hará que crezca la confianza con la marca, y que al pensar en la compra, nuestra empresa, producto, marca o servicio, venga a la mente al consumidor antes que la competencia.
Hemos de tener en cuenta que uno de los objetivos finales es lograr la fidelidad del cliente y su predisposición a nuestra marca, producto o servicio, por ejemplo, aludiendo a la cobertura de necesidades afectivas más que prácticas o de uso, de modo que esta fidelidad haga al cliente preferirnos frente al resto de opciones, aún cuando el precio de nuestro producto o servicio sea mayor.
Es necesario diferenciar este tipo de marketing del neuromarketing. Este último es una ciencia que estudia a los consumidores ante una campaña o estímulos, y dentro de ello, las emociones; mientras que el marketing emocional es una estrategia para usar las emociones como vehículo de persuasión en la publicidad.